Romà Vallès abre la serie artística dentro del marco de Las Historias Gourmet del Hotel-Restaurante La Fábrica de Solfa de Beceite.
Romà Vallès (Barcelona, 1923-2015) fue todo un referente de las innovadoras técnicas pictóricas de los años cincuenta y sesenta, una pieza clave para entender el informalismo y la abstracción, siendo uno de los autores más emblemáticos de la plástica contemporánea catalana.
En 1945 ingresa en la Escuela Superior de bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona y se licencia cinco años más tarde. Fiel a sus criterios permaneció alejado de las modas del momento, expresándose con total libertad y forjando así un proyecto personal robusto.
Diferentes etapas configuran la dilatada carrera de Romà Vallès, en la etapa inicial sus obras destacaban por la ausencia de color dentro de un registro abstracto-informalista. Entre 1956 y 1964 se centra en la serie Cosmogonías, donde inicialmente predominó el blanco y gris, dando paso más tarde al color. A partir del año 1968 concilió geometrismo e informalismo, añadiendo formas geométricas, evolucionando hacia un concepto puro basado en superposiciones de planos.
Durante los años setenta crea la serie Biomorfismo, convirtiendo los elementos geométricos en curvilíneos, siguiendo con la serie Floraciones, dando un giro donde la curva y la mancha se convierten en paisaje y la serie Nuevos conceptos, donde la pintura incorpora el objeto y el artista realiza algún happening.
A finales de los setenta, surge la serie Cuatro elementos, de nuevo inmerso en el gesto, la mancha, la curva y el color. A inicios de los ochenta realiza la serie Signos donde la gestualidad se acentúa con gruesas pincelas negras. Dando paso a finales de los ochenta con la serie Nuevos espacios fusionando conceptos de series anteriores.
En 1999 comienza la serie Entre siglos volviendo a dar mucha importancia a la materia y encontrando nuevas formas estéticas, con el espesor, la capa, materias como la arena, y el pigmento.
En la etapa de madurez el artista se introduce en la filosofía de Heráclito creando la serie con el mismo nombre, en la que existe una preocupación incesante por el devenir de las cosas, retornando el collage y la disminución del color, terminando así su ciclo artístico.
Esta muestra quiere rendir un homenaje a este artista, que desde principios de los setenta, mantuvo una fuerte vinculación con la comarca del Matarraña, y en especial con la población de Calaceite, la que fue uno de sus principales refugios, una fuente de inspiración apartada del bullicio de la gran ciudad.